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sábado, 12 de enero de 2013

DOÑA ZANAHORIA Y EL CONEJITO

https://dl.dropboxusercontent.com/u/48391730/do%C3%B1a%20zanahoria%20y%20el%20conejito.WAV



Doña Zanahoria y Doña Manzana Golden querían hacer un zumo y Doña Vaca les aconsejó:-Podríais mezclar vuestro zumo con uno de los yogures de mi nieto Don Yogurt Natural- Pero Doña Zanahoria preguntó:-¿Y como lo hacemos? No tenemos batidora-. Doña Vaca les respondió -Solo tenéis que subir a aquella colina, tirar el tuper con el zumo y el yogurt por la cuesta y ya veréis que cuando llegue abajo del todo se abra batido el yogurt-. Y Doña Manzana Golden le contestó: -Vale, Doña Vaca, a ver si funciona-.

Así que Doña Zanahoria y Doña Manzana Golden tiraron el tuper por la cuesta de la colina. Pero las pobres Doña Zanahoria y Doña Manzana Golden se marearon de ver el tuper rodar por la cuesta.




Cuando se les paso el mareo se fueron a comprar una batidora nueva, ya que la idea de tirar el zumo por la cuesta no era buena idea. Doña Zanahoria dijo: -De paso, creo que será mejor que vaya a ver a mi madre, tengo la bolsa casi vacía-. Doña Manzana Golden preguntó: -¿No quieres coger el vehículo Vaca Tomatera para ir a ver a tu mamá?- Doña Zanahoria le respondió: -Sí, ¿me lo traes, por favor?, el huerto donde vive está en EE.UU.-. Y se fue al huerto de su madre.
Doña Zanahoria tenía un amigo que era un conejito y también era amigo de su madre. El conejito hacía un agujero para que Doña Zanahoria pudiese ver a su mamá, pero el conejito no estaba y el agujero tampoco, así que Doña Zanahoria se fue a la madriguera del conejito para buscarlo. Cuando estaba dentro de la madriguera, la pobre Doña Zanahoria se perdió, pero no se dio por vencida, siguió buscando al conejito.
Por el camino se encontró una patata bien grande que no parecía muy contenta y le preguntó: -¿Qué te pasa patata?-. La patata le respondió: -Hola, tú debes de ser Doña Zanahoria. Yo soy la madre de Doña Patata y tengo un problema:
un ciervo se comió la planta de arriba y ahora mi hija Doña Patata no me puede ver-. Doña Zanahoria dijo: -Que coincidencia, yo también tengo un problema:
estaba buscando a un conejito amigo mio, pero como esta madriguera es muy grande, me he perdido, ¿tú me podrías ayudar?-. La madre de Doña Patata contestó:-Claro que sí. Te diré lo que tienes que hacer: primero sigue buscando al conejito marcando el camino con piedrecillas, luego, cuando hayas encontrado al conejito, dile que te haga un mapa de la madriguera, sigues las piedrecillas que hayas dejado y finalmente sales por un agujero que hay detrás de mí que hizo un topo. ¿Me podrías ayudar tu a mi?-.Doña Zanahoria respondió:-Sí, pero, ¿como?-. La madre de Doña Patata le respondió:-Muy bien, te diré como: te vas al restaurante de la Vaca Tomatera, el plano de el conejito se lo das a mi hija, Doña Patata, le dices que estoy aquí y vuelves con ella-. Doña Zanahoria contestó:-Vale, muchas gracias, adiós-. La madre de Doña Patata contestó:-Adiós-. Doña Zanahoria siguió buscando al conejito. Cuando lo encontró vio que tampoco parecía contento y le preguntó:-¿Qué te pasa, conejito?-. El conejito respondió:-Hola, Doña Zanahoria, ¡aja, aja! He cogido un gran resfriado, ¡achís! Y no te puedo hacer el agujero. ¡Aja, aja! Lo siento-. Doña Zanahoria contestó:-No pasa nada, pero, ¿me podrías hacer un plano de la madriguera, por favor?-. El conejito respondió:-Vale, lo intentare-. Cuando el conejito hizo el plano, Doña Zanahoria dijo:-Muchas gracias, conejito, adiós-. El conejito contestó:-Adiós, snif-. Y Doña Zanahoria salio por el agujero de el topo, se fue con el plano al restaurante de la Vaca Tomatera y se lo dio a Doña Patata y le dijo:- Doña Patata, he encontrado a tu madre, un ciervo se comió la planta de arriba y solo ha quedado la raíz, que está en una madriguera-. Doña Patata se puso muy contenta y exclamó:-Qué bien! ¿Me podrías guiar hasta la madriguera?-. Doña Zanahoria respondió: -Claro, para eso te he dado el plano-. Doña Patata dijo: -Genial, gracias-.
Las dos fueron a la madriguera, Doña Patata llenó su bolsa y fueron en busca de otros conejitos para que hiciesen el agujero para que Doña Zanahoria viese a su madre y encontraron cuatro crías de conejo. La mamá coneja, se había ido a buscar comida. Doña Zanahoria y Doña Patata cuidaron a los conejitos mientras tanto, y les dieron zanahorias, hasta que se durmieron.
Mamá Coneja tardó más en venir porque un perro estaba al lado de un agujero de la madriguera y mamá Coneja pasó por otro agujero cuyo túnel estaba incompleto. Así que Mamá Coneja tuvo que cavar un poco para encontrar a sus crías sin toparse con el perro. Finalmente llegó a donde estaban sus conejitos que se los encontró dormidos. Mamá Coneja les preguntó a Doña Zanahoria y a Doña Patata:-¿Qué hacéis aquí?-. Doña Zanahoria respondió:-Hola, yo soy Doña Zanahoria y esta es Doña Patata, estamos buscado conejos para que me hagan un agujero para que pueda ver a mi madre y nos hemos encontrado a tus conejitos y los estamos cuidando-. Mamá Coneja dijo:-Gracias, si queréis os puedo yo hacer el agujero-. Doña Zanahoria dijo:-Muchas gracias Mamá Coneja-. Y Doña Zanahoria, Doña Patata y Mamá Coneja se fueron a donde estaba la madre de Doña Zanahoria.
Mamá Coneja empezó a cavar justo al lado de donde estaba la madre de Doña Zanahoria e hizo el agujero.
Doña Zanahoria le dio las gracias y se metió por el agujero. Su madre le llenó la bolsa y Doña Zanahoria volvió al restaurante de la Vaca Tomatera.
Al día siguiente los conejitos de Mamá Coneja cumplieron cuatro semanas y salieron de la madriguera y se fueron con su madre al restaurante. Cuando ya pasaron, Mamá Coneja se puso a hablar con Doña Zanahoria mientras los conejitos empezaban a jugar por el restaurante y los dueños del restaurante les acariciaban.
Cuando Mamá Coneja y sus conejitos se iban a ir, Doña Zanahoria se despidió y Mamá Coneja y sus crías se fueron.

Valor nutricional 

  • Agua (g) 88.6
  • Carbohidratos (g) 10.1
  • Lípidos (g) 0.2
  • Calorías (cal) 40
  • Vitamina A (U.I.) 2.000-12.000
  • Vitamina B1 (mg) 0.13
  • Vitamina B2 (mg) 0.06
  • Vitamina B6 (mg) 0.19
  • Vitamina E (mg) 0.45
  • Ácido nicotínico (mg) 0.64
  • Potasio (mg) 0.2

viernes, 4 de enero de 2013

EL PAYASO RISITAS


Para escuchar: http://dl.dropbox.com/u/48391730/payaso.mp3

Erase una vez un payaso que se llamaba Risitas que tenía la boca muy pequeñita, pero cuando hacía sus actuaciones se pintaba la sonrisa de oreja a oreja. Risitas trabajaba en un circo que se llamaba: "El Circo del Jajaja".
Risitas era feliz desde que se levantaba hasta que se acostaba y sus sueños eran muy felices también, así que todos los días y todas las noches era muy feliz. Y no era porque no le pasasen cosas que no le gustaban, ni porque tuviera razones para ser feliz, sino que él sabía que la alegría nace de dentro y no necesitaba razones para ser feliz. Simplemente cogía las cosas de la vida por el lado bueno.
Y muchas veces le pasaban cosas que no le gustaban.
Por ejemplo:
·        Un día vino su gato y le desató los cordones del zapato e hizo que se tropezara con los cordones.
·        Otro día vino el mono del circo y le quitó el sombrero, se lo puso el mono y empezó a bailar con el sombrero, mientras que Risitas le perseguía para recuperar su sombrero.
·        Otra vez iba a coger un bote de lentejas para hacerse la comida y el paquete de harina que estaba delante del bote de lentejas, se le cayó encima y se quedó todo blanco.
·        Y otro día que iba vestido de marrón, el elefante lo confundió con un tronco de madera, ya que era muy delgado. Y el elefante lo cogió con la trompa de la cintura y lo puso boca a bajo. Menos mal que lo soltó con cuidado.


Pero aunque a Risitas le pasaban estas cosas, él las añadía a su función, y las cosas malas que le pasaban resultaban ser cosas buenas, y como se cuidaba muy bien, no se ponía enfermo a menudo.
Y decidió entrenar a los animales para que repitieran lo que habían hecho, pero durante la función de circo.
Y por fin llegó el gran día de la función.
Primero, Risitas estaba sentado leyendo el periódico, cuando vino el gato, se acercó sigilosamente y le desató los cordones del zapato. Luego vino la actuación con los globos. Risitas salió a las gradas a repartir globos a los niños, y el mono fue con él, se subió a su hombro para quitarle el sombrero, se lo puso él y le explotó algunos globos, que como estaban llenos de harina, parte de Risitas y la mitad de los niños que estaban sentados al lado, se quedaron blancos, mientras que el mono salió bailando y Risitas lo persiguió y como hizo que no se daba cuenta de que tenía los cordones desatados (gracias al gato), hizo como que se tropezaba por las escaleras y bajó tambaleándose y agarrándose a los brazos del público.
Ya en el escenario, le estaba esperando el elefante para hacer su número y le agarró por la cintura con la trompa y lo puso boca abajo, e igual que hizo el día que lo confundió con un tronco, lo soltó con cuidado.
Risitas, que era muy buen payaso, hizo como que se mareaba y el elefante le trajo una silla con la trompa para que se sentara.
Luego el mono le trajo un periódico y Risitas se hizo un sombrero con papel de periódico, se lo puso, se ató los zapatos y se puso a leer el periódico como si nada hubiese pasado. Mientras el público le aplaudía a la vez que se reía a carcajadas.