.

.

viernes, 4 de enero de 2013

EL PAYASO RISITAS


Para escuchar: http://dl.dropbox.com/u/48391730/payaso.mp3

Erase una vez un payaso que se llamaba Risitas que tenía la boca muy pequeñita, pero cuando hacía sus actuaciones se pintaba la sonrisa de oreja a oreja. Risitas trabajaba en un circo que se llamaba: "El Circo del Jajaja".
Risitas era feliz desde que se levantaba hasta que se acostaba y sus sueños eran muy felices también, así que todos los días y todas las noches era muy feliz. Y no era porque no le pasasen cosas que no le gustaban, ni porque tuviera razones para ser feliz, sino que él sabía que la alegría nace de dentro y no necesitaba razones para ser feliz. Simplemente cogía las cosas de la vida por el lado bueno.
Y muchas veces le pasaban cosas que no le gustaban.
Por ejemplo:
·        Un día vino su gato y le desató los cordones del zapato e hizo que se tropezara con los cordones.
·        Otro día vino el mono del circo y le quitó el sombrero, se lo puso el mono y empezó a bailar con el sombrero, mientras que Risitas le perseguía para recuperar su sombrero.
·        Otra vez iba a coger un bote de lentejas para hacerse la comida y el paquete de harina que estaba delante del bote de lentejas, se le cayó encima y se quedó todo blanco.
·        Y otro día que iba vestido de marrón, el elefante lo confundió con un tronco de madera, ya que era muy delgado. Y el elefante lo cogió con la trompa de la cintura y lo puso boca a bajo. Menos mal que lo soltó con cuidado.


Pero aunque a Risitas le pasaban estas cosas, él las añadía a su función, y las cosas malas que le pasaban resultaban ser cosas buenas, y como se cuidaba muy bien, no se ponía enfermo a menudo.
Y decidió entrenar a los animales para que repitieran lo que habían hecho, pero durante la función de circo.
Y por fin llegó el gran día de la función.
Primero, Risitas estaba sentado leyendo el periódico, cuando vino el gato, se acercó sigilosamente y le desató los cordones del zapato. Luego vino la actuación con los globos. Risitas salió a las gradas a repartir globos a los niños, y el mono fue con él, se subió a su hombro para quitarle el sombrero, se lo puso él y le explotó algunos globos, que como estaban llenos de harina, parte de Risitas y la mitad de los niños que estaban sentados al lado, se quedaron blancos, mientras que el mono salió bailando y Risitas lo persiguió y como hizo que no se daba cuenta de que tenía los cordones desatados (gracias al gato), hizo como que se tropezaba por las escaleras y bajó tambaleándose y agarrándose a los brazos del público.
Ya en el escenario, le estaba esperando el elefante para hacer su número y le agarró por la cintura con la trompa y lo puso boca abajo, e igual que hizo el día que lo confundió con un tronco, lo soltó con cuidado.
Risitas, que era muy buen payaso, hizo como que se mareaba y el elefante le trajo una silla con la trompa para que se sentara.
Luego el mono le trajo un periódico y Risitas se hizo un sombrero con papel de periódico, se lo puso, se ató los zapatos y se puso a leer el periódico como si nada hubiese pasado. Mientras el público le aplaudía a la vez que se reía a carcajadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario